NEXI GLOBAL

¿Por qué es importante desarrollar a mi equipo de trabajo? Ps. Evelin Baiocchi

Somos hijos de una cultura individualista, afanada por enaltecer a GRANDES LÍDERES por sus logros. Pero realmente, ¿cuántos de estos grandes líderes estaban solos? Tal vez muchos menos de los que nos imaginamos, como Miguel Ángel, que trabajó junto a un grupo de 16 personas para pintar la capilla Sixtina.

Solemos poner expectativas muy poco realistas sobre los hombros de nuestros líderes. Esperamos de ellos los resultados más destacados, y somos muy críticos cuando estos objetivos no se cumplen.

¿Y si esta forma de interpretar los hechos es una restricción que obstaculiza nuestros aprendizajes acerca de los equipos de trabajo? “…los desafíos del mundo actual nos obligan a encontrar la forma de trabajar en conjunto, más allá de las disciplinas y de las fronteras, más allá de los intereses propios y locales. Para trabajar conjuntamente necesitamos crear nuevas formas de pensamiento, ya que, como señaló Einstein: No es posible resolver un problema con el mismo pensamiento que lo ha creado.” (Peter Hawkins)

Horacio Cortese en su libro “Coaching & Aprendizaje Organizacional. Mitos y Realidades de una época”, demostró que el supuesto básico de los programas que sostienen que se debe comenzar por el cambio de actitudes de las personas y ese cambio liderará el cambio de las conductas individuales, que,  repetidas en mucha gente, derivará en el cambio de la organización, es una teoría que logra que el proceso de cambio vaya hacia atrás, porque la conducta individual está poderosamente delineada por los roles que la gente desempeña (Beer, M,; Eisenstart, R.; Spector,B, 1990). Y continúa diciendo: “La libertad del individuo está facilitada y restringida por los sistemas sociales en los que participa. El cambio es sistémico y no alcanza con la transformación del individuo, para transformar al grupo y a la organización.”

Vivimos en grupos sin ser demasiado consciente de ello, somos seres sociales y aprendemos junto con otros. El Construccionismo Social hace foco en la Interacción, y nos dirá que sin Interacción el sujeto social no existe: “No puedo existir en la vida cotidiana sin interactuar y comunicarme continuamente con otros…  sé que los otros tienen de ese mundo común una perspectiva que no es idéntica a la mía. Mi aquí es su allí. A pesar de eso, sé que vivo en un mundo que nos es común. Y, lo que es de suma importancia, sé que hay una correspondencia entre mis significados y sus significados en este mundo” (Berger y Luckmann, 1993, p.40- 41).

Vivimos en un mundo interconectado, donde los mayores retos para las empresas ya no residen en los individuos, sino en las interfaces y las relaciones interpersonales, los equipos, las funciones y las diferentes necesidades de los grupos de interés (Peter Hawkins). El desafío está en cómo se relacionan cada una de éstas partes.

Entonces, si comprendemos que somos seres sociales, que aprendemos junto a otros, que no podemos existir sin interactuar, que el cambio individual no es suficiente para que se produzca un cambio organizacional ya que la libertad del individuo está restringida por los sistemas sociales a los que pertenece, y afirmamos que el cambio es sistémico, se vuelve imprescindible poner nuestra mirada en los equipos de trabajo.  Podemos afirmar que los equipos cuentan con mayor potencial que las personas, para enfrentarse a los crecientes desafíos de estos tiempos.

Horacio Cortese en su “Manual de Coaching de equipos. De la teoría a la práctica”, nos dirá que los aprendizajes en los grupos son posibles cuando existe respeto mutuo, confianza y cohesión. Aprendemos cuando detectamos y corregimos un error. Un error es cualquier discordancia entre lo que queremos que produzca una acción y lo que sucede en realidad cuando implementamos esa acción. Es una discordancia entre las intenciones y los resultados. También aprendemos cuando, de primera vez, logramos concordancia entre deseos y resultados. (Argyris, C., 1999: 19).

Un equipo que aprende y se desarrolla es un equipo que tendrá la posibilidad de  alcanzar sus objetivos, posiblemente sus miembros elegirán continuar trabajando juntos, e individualmente podrán satisfacer alguna necesidad de orden superior. Cuando esto sucede estamos frente a un EQUIPO EFECTIVO, y éstos son realmente poderosos… ¡pero también una rareza!

Claramente tenemos un gran reto por delante: desaprender creencias tan arraigadas y limitantes como las del “Super Hombre y la Super Mujer”, el mito de los Súper Líderes, para ir incorporando un nuevo paradigma que nos permita avanzar sobre valores tales como cooperación, humildad, bien común, sinergia.

Ya lo dijo Tim Smit “O El homo es realmente sapiens o nuestra especie pasará a formar parte de la colección de fósiles de especies extinguidas.”

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